Puedes sincronizarte con los estados de ánimo que desees, para incidir en la relajación, el sueño (insomnio), el estrés, la creatividad, el despertar, la activación, o para para prácticas como la meditación o el mindfullness.
Puedes conectar contigo, facilitar que las situaciones se resuelvan por el arte de la sincronía, incluso sanando dolencias enquistadas por el mero hecho de estar fuera de ritmo.